CARTAS SOBRE LA DANZA Y LOS BALLETS
Jean Georges Noverre
CARTA XII
Melva Carolina Olivas Durazo
En la carta XII Noverre empieza sus reflexiones tratando el tema de la rotación. Anatómicamente nacemos con una posición de piernas cerrada, el bailarín trabaja en contra de esta naturaleza buscando la rotación de piernas. Si se inicia este cambio desde la infancia es factible que se logre, por eso la gente que empieza la danza a una edad adulta tiene un cuerpo más rígido y menos flexible, es probable que le sea más difícil adaptarse a estas condiciones.
En el afán de conseguir esta rotación se creó una maquina llamada “tourne-hanche” que Noverre nos dice que lejos de actuar con eficacia estropea a quienes la usan e imprime en la cintura un defecto mucho más desagradable que el que se quiere destruir. Es un error pensar que al lograr 180 grados con los pies ya esta bien lograda la rotación. El muslo es el que debe predominar en la acción por consiguiente la rodilla y el pie se van a alinear.
Menciona también el cuidado cauteloso que deberían tener todos los bailarines. Hay situaciones que no dependen de uno, como las desigualdades del teatro (trampas, cosas tiradas, etc.) que pueden causar una caída. Evitar los ejercicios demasiado violentos forzando el cuerpo hasta atrofiarlo. Y por ultimo tener especial atención con las malas costumbres que se dan dentro de los ejercicios y que al no direccionar bien los pies al girar o saltar, el cuerpo no está preparado para recibir ese peso.
El autor muestra todos los elementos que influyen para tener un despegue del piso considerablemente bueno. Pensaríamos que es una cuestión del empuje del pie o el rango de la flexión de las rodillas, en efecto pero a esto le tendríamos que agregar la longitud del tendón y su elasticidad, la conformación del pie, los brazos y los riñones. Todos estos elementos deben trabajar simultáneos para lograr una buena elevación.
Un bailarín que se ve torpe, fuera de tiempo, sin terminar de completar los movimientos en escena se podría decir que cae en desproporciones. Muchos están dentro de esa ideología errónea de imitar, de bailar como los grandes y dejan de ver su cuerpo y las condiciones- habilidades físicas que cada uno posee.
Otra de las cuestiones técnicas que desglosa Noverre es el tener unos riñones firmes. Dice que aun teniendo todas las condiciones para ser un gran bailarín si este no tiene consciencia del uso de los riñones no será tan audaz y preciso. Los riñones se utilizan como contrapeso proporcionando estabilidad y firmeza al cuerpo.
La ejecución del bailarín no depende nada mas de la rotación de sus piernas, la elevación de sus salto y la estabilidad que este pueda tener en escena para que sea del agrado del público. Aparte del físico hay un órgano que se tiene que educar y entrenar, el oído. Hay quienes son más sensibles y pueden captar detalles rítmicos muy adentros, otros que al ir fuera de tiempo hacen que los movimientos no tengan esa gracia.
Esta carta me hace reflexionar como bailarina en las cosas que me enseñaron en el salón de clases. Cuanto de esa danza que aprendí es imitar algo que a lo mejor no se adapta a mi cuerpo. Me hace prestar más atención a lo que estoy bailando ahora si es un movimiento adecuado para mis proporciones, si la manera de entrenarme cubre mis necesidades, si me ayuda a avanzar técnicamente o si me estoy forzando con el riesgo a lastimarme.
Noverre utilizo algunas imágenes de la naturaleza que me gustaron y podrán ser útiles en clase. Dice que los dedos de los pies son como las ramas de un árbol y que entre mas se expanden mayor cobertura y estabilidad le dan al cuerpo.
Melva Carolina Olivas Durazo
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