sábado, 31 de julio de 2010

CARTA Nº 2 (Ensayo)

CONSIDERACIONES SOBRE 
La Carta No. 2
de "Las Cartas sobre la Danza y los Ballets"
de Jean Georges Noverre

“La danza embellecida por los sentimientos y conducida por el genio, recibirá por fin, elogios y aplausos”  Noverre.

Carta número II:

Noverre comienza exponiendo su postura frente al trabajo metodológico en la danza, nos habla de la reprobable conducta de un maestro al pretender que los bailarines modelen sus cuerpos y sus movimientos a semejanza de sus maestros, resultado de un aprendizaje por imitación mal entendido, no cuestionado, ni asimilado, llevando a los bailarines a perseguir un estándar de perfección que da como resultado gestos fríos y alejados de toda organicidad, llenos de academicismos mal enfocados, que mutilan al movimiento natural del cuerpo y su poder de comunicación.
En esta carta Noverre expone la eterna distinción entre el arte formal y vivencial. Señalándonos claramente algunos de los vicios que en la danza se generan de manera constante entre estos dos caracteres.
La danza por si misma y gracias a su lenguaje se encuentra provista de una gracia y belleza particulares, que aunque importantes resultan insuficientes a la hora de considerarla como un arte, recordándonos que la gracia tan solo es uno de los varios elementos que en ella deberían de contenerse, nos habla de la falta de maestros que poseen el arte de pintar los movimientos del alma por medio del gesto, que realmente se ocupan de la exploración e investigación del gesto con un fin, como símbolo dentro de un contexto específico, buscando el momento de fuerza y sinceridad nacido desde el sentimiento y no solo una pose alejada de la realidad.
También nos habla de la tendencia en la danza a tornarse monótona en la composición, gracias a la tendencia de los creadores en abordar temas que carecen de sentido y que no ofrecen sino un cúmulo confuso de escenas mal hilvanadas y mal dirigidas, cuadros desprovistos de expresión, distingue entre un Ballet y un Dibetissement, considerando al ballet como una representación, la cual debe reunir las partes de un drama; tema, exposición, nudo y desenlace y al dibetissement como una danza mas o menos bien realizada que impresiona mediocremente ya que no tiene ningún carácter y esta desprovista de toda expresión.
Determina pues como importantísimo el objetivo del compositor al eliminar de su tema lo que le parece monótono y carente de unidad, encontrando el ritmo interno de la pieza, su carácter y genero, recordando en todo momento la consigna que advierte: la repetición innecesaria enfría la acción y empobrece el tema.
Noverre concluye en este documento que la danza encierra en si misma todo lo necesario para ser un lenguaje hermoso pero no basta tan solo conocer su alfabeto, los movimientos y gestos por si solos no son una obra, sino las posibles combinaciones de estos. Si la fuerza no se adquiere a medida que se desarrolla la acción, el plan esta mal concebido, mal combinado, por lo tanto deja de ser un ballet para tan solo ser un dibetissement.
Noverre J.G. (1981). Cartas sobre la Danza Y los Ballets. México: Universidad Autónoma Metropolitana.

Bertha Loeza Cuevas
 

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